miércoles, 28 de julio de 2010

Alicia sin maravillas.

Pararse en el mismo lugar diez años después,y sentir lo mismo.Oir los mismos lamentos,las mismas voces ahogadas y experimentar la extraña sensación de crecer y volver a tener siete años de manera intermitente.
Llorabas tanto como la primera vez,con lágrimas idénticas,con quejidos gemelos,con las mismas palabras en la boca como si nunca hubieran escapado de tu garganta.Y no había manera de hacerte cruzar el puente que ya todos a rastras cruzamos porque vos,sin quererlo,seguís aferrada al otro extremo donde hubieron tiempos que prometían ser mejores.
Volví a contemplar tus debilidades,reconocí la identidad de mi superheroína. Y descubrí que esta vez era yo quién debía cuidarte porque ya no podías sola,y porque no querías más.Me encontré con mi propia empatía,gestada por el tiempo y el corazón un poco roto.Y quise(quiero) poder decirte todas esas cosas que dicen las personas,sobre reencuentros y tristezas que se van dando un portazo,pero no quiero que esta amargura me haga prometer mentiras piadosas o me haga regalarte felices engaños.Pero igual, te quiero,y te quiero más a fines de julio.

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