viernes, 12 de noviembre de 2010

Fui a tu entierro sin flores en las manos y tiré polvo y ceniza sobre tu ataúd.Le lloré amargamente a tu cadáver y,en vista de ser la única,tomé una pala y empecé a cavar el interminable pozo donde dejar tus restos hundidos para siempre.
Pero la tarea me absorvió en un espiral de tiempo y te sentí respirar.Otra vez estás viva.

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